sábado, 24 de enero de 2009

Clase magistral sobre el fracaso


EL PAÍS
16 de enero de 2009
Elsa Fernández Santos

Se estrena la película francesa que ganó la Palma de Oro en Cannes - Laurent Cantet, su director, rodó con alumnos de un instituto

La primera escena de La clase, la película francesa que logró la Palma de Oro del último festival de Cannes, es la de un hombre que se toma un último respiro antes de la batalla. Una batalla, sin duda, por la que merece la pena resistir: la que cada curso se fragua en el aula de un instituto, donde un profesor de lengua se enfrenta a adolescentes de diverso origen, pelaje, inteligencia y destino. Entusiasmo y desaliento a partes iguales. La película se proyectó el último día del festival y desde ese momento su efecto fue contagioso. El presidente del jurado, el actor estadounidense Sean Penn, resumió así una Palma de Oro unánime: "Ha sido un flechazo. Es el premio que todos buscábamos, una película en estado de gracia".

La clase es el cuarto largometraje de Laurent Cantet (Melle, Baja Sajonia, Alemania, 1961), un cineasta que siempre se ha inclinado por lo documental y que ha logrado devolver a Francia su más preciada corona cinéfila 21 años después de que Maurice Pialat provocara, en 1987, uno de los más sonoros pateos que se recuerdan por el premio a Bajo el sol de Satán.

Todo lo que se cuenta en La clase ocurre entre las paredes del instituto durante los meses de un curso escolar. Cantet creó un taller de trabajo con los alumnos antes de seleccionar a los que formarían el equipo definitivo y rodar, con cuatro cámaras, lo que ocurría entre ellos y su profesor, François Bégaudeau, que se interpreta a sí mismo en un filme basado en su libro Entre los muros. "Éramos un equipo y esa cohesión duró más allá del rodaje, se prolongó durante meses. Éramos uno y esa fuerza se respiró en Cannes. No había papeles grandes o pequeños, lo importante era el equipo. Y esa es la energía que se respira en la película". Cantet explica que la cinta recoge el conflicto entre profesor y alumnos porque los trata como iguales. "Buscaba los momentos de tensión dentro del aula y ver cómo se resolvían. Basta ya de tomar por idiotas a los adolescentes, son bastante más listos de lo que yo era a su edad. La agresividad del profesor es una forma de reconocer que los alumnos merecen ser tratados como iguales. Al provocarles les permite pensar. Aunque yo no diría que es agresividad lo que aplica con ellos sino ironía y verdad. Este profesor no es paternalista, no es como el de El club de los poetas muertos. Yo no quería un maestro que fuera un semidios, uno de esos que siempre tiene la respuesta adecuada. Me da pavor la ejemplaridad de las personas y de las situaciones".

Al hablar del cine francés y educación -de Hoy empieza todo, de Bertrand Tavernier, a La piel dura o Los cuatrocientos golpes, de Truffaut-, Cantet se queda con Jean Vigo y su Cero en conducta: "Tenía exactamente la clase de energía que yo buscaba para este filme. Cero en conducta habla precisamente de cómo en los errores de los adolescentes está lo positivo, es una película dura y pesimista pero está llena de realidad. Y sí, es cierto que La clase también es dura y pesimista, pero hay algo en ella que te dice que se puede esperar mucho de esas nuevas generaciones".

Nuevas generaciones que conviven entre los muros de un sistema con el que chocan frontalmente. "La escuela les integra pero también es, qué duda cabe, un lugar excluyente y discriminatorio, un microcosmos del mundo que les rodea. Ésa es una contradicción que siempre ha estado muy presente para mí. Es un terreno en el que se puede ganar todo pero en el que también perdemos todo. Y ahí está el valor de un profesor como éste, que sabe que su lucha merece la pena aunque siempre fracasará". "Francia", concluye el director, "es un país excluyente y discriminatorio en cuya esfera política hay muy pocos extranjeros. Un país multirracial en el que, por ejemplo, sería impensable la llegada de un Obama".

martes, 20 de enero de 2009

Crítica: Tan real como inquietante


EL PAIS
16 de enero de 2009
Carlos Boyero


LA CLASE
Director: Laurent Cantet. Guión: L. Cantet, François Bégaudeau, Robin Campillo. Basada en la novela Entre los muros, de F. Bégaudeau. Intérpretes: F. Bégaudeau y alumnos del Instituto Françoise Dolto. Francia, 2008. 128 minutos.


Cualquier cinéfilo adulto que haya sufrido el castigo de una educación desastrosa, de un sádico, legitimado e impune abuso de poder, siempre va a guardar en su retina las venganzas libertarias y poéticas de los que sufrieron el yugo como las que describían la maravillosa Cero en conducta, del irreemplazable Jean Vigo, y la incendiaria If, de Lindsay Anderson. Truffaut le devolvió la dignidad al casi siempre mosqueante profesorado narrando la épica labor del humanista Jean Itard para que un niño salvaje aprenda a comunicarse, acepte reglas, afiance su sentido de la justicia, descubra el placer, la utilidad o la necesidad del conocimiento.

Hollywood, con menos afanes didácticos pero sabiendo lo que exige la taquilla, también ha frecuentado con más trampas que verdad, con tesis convenientemente edulcoradas, con la convicción de que finalmente todo el mundo es bueno, las inicialmente conflictivas relaciones entre profesores y alumnos. Y afortunadamente, en los últimos años, directores más preocupados por la cruda verdad que por la tranquilizadora ficción, como Bertrand Tavernier en Hoy empieza todo, Zhang Yimou en Ni uno menos y David Simon y Ed Burns en la cuarta temporada de la serie de televisión The wire, se han propuesto extraer realidad y conclusiones duras de lo que ocurre o puede ocurrir en las aulas, de las relaciones entre profesores y alumnos, de la simbiosis entre las tensiones del mundo exterior y lo que sucede en el colegio, de la sufrida y frecuente imagen del educador que se toma en serio su trabajo, que a pesar de los pesares no se resigna a la derrota, a lanzar la toalla.

Laurent Cantet se suma con la excelente e inaplazable La clase (el título original Entre las paredes es más adecuado) a los que se han propuesto con éxito retratar el muy duro aquí y ahora en la problemática labor de enseñar y de aprender. Nada huele a impostura en esta película. Cantet adapta un libro del profesor Francis Bégaudeau, que interpreta a su propio personaje, en el que cuenta su experiencia a lo largo de un año en un instituto de la periferia de París, habitado por la multirracialidad, por los hijos de la inmigración o por nativos de clase baja lumpen, por alumnos negros que ejercen el racismo con los magrebíes y viceversa, por gente con recelo o desidia ante la autoridad que encarna ese tenaz profesor que se ha propuesto enseñar la asignatura de lengua a sus impuestos, indiferentes o agresivos parroquianos. No le amenazan con pistolas pero los estallidos de violencia entre ellos o contra él pueden ser muy fuertes, tienen sus días mejores y peores, hay listos, normales, tontos, retorcidos, limpios, traumados, osados, dóciles. Hay de todo, como en la vida, pero las posibilidades de que el verdadero profesional de la enseñanza sienta que ha logrado los frutos que se proponía y que los alumnos asuman que estar entre las paredes es gratificante o decisivo para su futuro, pertenecen al reino de la utopía.

Cantet narra esta historia sin solución y claustrofóbica con espíritu documentalista, plasmando la autenticidad de personajes y situaciones, haciendo que alumnos y profesores se interpreten a sí mismos, huyendo del efectismo, el discurso y la moralina. Y lo hace admirablemente, logrando que el espectador se sienta incómodo, testigo de algo que se parece excesivamente a la vida cotidiana.

sábado, 10 de enero de 2009

'La clase' disecciona en el cine los valores de la sociedad francesa


EL MUNDO
Madrid. 9 enero de 2009
Héctor Llanos Martínez

La clase, la última ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes, parece fruto de la improvisación. Pero la suya es una improvisación muy estudiada, con la que el cineasta Laurent Cantet muestra el microcosmos vital encerrado entre las cuatro paredes de un colegio. Su intención no es otra que la de "proyectar una idea lo más fehaciente posible del mundo actual", explica el francés a elmundo.es.

La cinta, inspirada libremente en el libro de Francois Begaudeau y que llega a las salas españolas el próximo 16 de enero, retrata a un profesor, interpretado por el propio autor del texto, enfrentado a un grupo de escolares procedentes del multicultural distrito XX parisino.

"Él representa al hombre que se arriesga, al que se atreve a ponerse en entredicho y a cometer errores con tal de enseñar a sus alumnos", aclara el director.

Cantet y Begaudeau rodaron al mismo tiempo que construían de nuevo el guión, continuamente enriquecido por las aportaciones de los estudiantes reconvertidos en actores y tras más de un año de ensayos como fruto del taller de improvisación e interpretación, que generó una enorme complicidad en el grupo a la hora de enfrentarse a una cámara.

Este experimento dio como resultado "un reflejo de las tendencias y valores de la sociedad actual", asegura Cantet. Tras abordar la problemática laboral y familiar en 'Recursos Humanos' y 'El empleo del tiempo', el director galo se dio cuenta de que "nunca se ha dado la importancia suficiente a ese momento de la vida humana que es el colegio".

Pero La clase, compuesta por niños de diferentes razas y culturas, no tiene "intenciones pedagógicas", apunta, y sí intenta "mirar de un modo crítico a la sociedad francesa, que hace difícil la integración a los recién llegados".

Muchos de los estudiantes que aparecen en la película "se sienten tan poco deseados en el que es su país que se empeñan en aferrarse a la nacionalidad de sus padres, aunque sin querer abandonar Francia en ningún momento. Ese es el primer problema que se debe tratar si se intenta encontrar una verdadera cohesión social", apunta el director de 'Hacia el sur'.

El beneplácito de Cannes fue para Laurent Cantet "un gesto de que daba crédito a un cine hecho de un modo diferente, lo que me va a facilitar el camino para hacer las películas que quiero hacer y también para que existan las películas que quiero ver, cuando otros productores o realizadores comprueben que el riesgo de mi propuesta ha funcionado".

El francés no se muestra igual de convencido ante la posibilidad de que la Academia de Hollywood valore también a La clase, que representa a Francia en la carrera por el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Las candidaturas se conocerán el próximo 22 de enero, aunque tras el éxito cosechado, Cantet se muestra poco preocupado por la estatuilla dorada.

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